A Córcega también la llaman la “isla de la belleza” por la asombrosa variedad de sus paisajes: las montañas se precipitan al mar y albergan hermosos lagos, los bosques están salpicados de estanques y arroyos, las ciudades están enclavadas entre llamativos promontorios u ofrecen una maravillosa vista del mar. Los ecosistemas son tan diversos que hacen de esta isla francesa el destino de vacaciones perfecto para todos: amantes de la montaña, de la playa y del descanso, visitantes de la ciudad y excursionistas que descubren los parques naturales más hermosos del mundo. Además, el sol de Córcega brilla unos 8 meses al año, por lo que no tendrás problemas para elegir la época perfecta para tus vacaciones. Descubre con nuestro comparador en línea cómo llegar en ferry a los principales puertos de Córcega y descubre todas sus maravillas.
El clima de Córcega es típicamente mediterráneo: inviernos suaves y lluviosos y veranos calurosos y secos. En las zonas montañosas, las temperaturas son más frías en invierno y agradablemente frescas en verano.
La estación cálida comienza ya en mayo, cuando las temperaturas en la costa pueden superar ya los 25 grados. A finales de verano (julio y agosto) pueden alcanzar los 35 grados.
Las lluvias invernales afectan sobre todo al interior y a la costa oriental, y se concentran en otoño y durante un corto periodo de tiempo, especialmente de octubre a noviembre. Esto, sin embargo, no hace que las temperaturas caigan en picado; al contrario, siguen siendo bastante suaves en la zona costera, y solo por encima de los 1.200 metros de altitud puede nevar. Entre enero y febrero, las temperaturas medias oscilan entre los 4 grados por la noche y los 15 grados durante el día.
La mejor época para visitar Córcega es durante los meses de mayo a septiembre, los más soleados del año. Son perfectos para disfrutar tanto del relax de las playas más hermosas del Mediterráneo como de sugerentes excursiones por las montañas y reservas naturales situadas a mayor altitud. En octubre también puedes darte el último baño en el mar, debido a la suavidad de la temporada media.
También puedes aprovechar la primavera (abril-mayo) y el final del otoño, de septiembre a noviembre. En esta estación, el espectáculo de la naturaleza te dejará sin aliento y, a pesar del riesgo de chaparrones, las temperaturas son agradables y apenas bajan de los 15 grados. Es un compromiso perfecto para evitar la temporada alta turística.
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Huitel Roland, Getty Images
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