Isquia: el paraíso natural de los balnearios

La isla de Isquia es la más grande del Golfo de Nápoles y ofrece la posibilidad de disfrutar de unas vacaciones de completo relax y bienestar gracias a sus termas. Además de los establecimientos y lugares de pago, es posible aprovechar gratuitamente algunas fuentes naturales y los beneficios del agua termal. Apreciadas desde la antigüedad por sus propiedades antiinflamatorias y antisépticas, tienen su origen en el agua de lluvia que desciende entre las rocas y se enriquece con sales y gases, para emerger en forma de manantiales termales, vapores o géiseres.

Bahía de Sorgeto

Las termas gratuitas más famosas de Isquia se encuentran en la bahía de Sorgeto, en la costa sur de Isquia. Se trata de una pequeña ensenada en forma de media luna formada por rocas, guijarros y charcos de agua hirviendo y humeante junto con agua de mar. Ofrece un cómodo refugio contra el viento y se encuentra en un entorno paradisíaco.
Puede estar un poco abarrotada durante el día y es mejor añadirla cuando el sol calienta menos, para poder caminar mejor por las rocas y los más de 200 escalones que conducen al manantial.

La playa de la Fumarole

En la costa sur de la isla de Isquia, no lejos de la localidad de Sant’Angelo y perfectamente accesible a pie o en taxi, se encuentra la playa de la Fumarole, creada por la actividad volcánica aún presente en la isla. Su arena, de hecho, emana humos y vapores muy calientes que permiten la posibilidad no solo de bañarse, sino también de baños de arena curativos ideales para los dolores reumáticos. La arena puede alcanzar temperaturas tan altas (incluso 100 C°) que algunos incluso cocinan el almuerzo o la cena sobre ella. Por ello, se recomienda llegar a ella en las horas más suaves, o incluso dormir en ella por la noche.

Fuente de Olmitello

Se puede llegar a las termas naturales de Olmitello desde la playa de Maronti o, también, desde la ciudad de Sant’Angelo. Son una prolongación natural de los manantiales de Nitrodi, que brotan de la piedra toba, rodeados de una exuberante vegetación mediterránea. Estos manantiales alcanzan los 38 grados y eran conocidos desde la época romana por sus propiedades taumatúrgicas. A finales del siglo XVI se publicaron estudios sobre sus beneficios contra las dolencias estomacales y para aliviar los cálculos, las palpitaciones y la fiebre. Para llegar a las termas hay que dar un paseo por un sendero rodeado de un hermoso jardín botánico.
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Sailko, Wikimedia